¿Quien como Dios?

7 abr 2012

La entrega del Viernes Santo 2012

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He sido redimido con un amor sublime. Alguien se ha atrevido a comprarme; el precio: Su sangre. Sangre dolor y silencio fue el precio, fue el costo de mi Vida.

¿Cómo he de agradecer esto? solo hay una forma, solo hay una ofrenda que vale la pena. La entrega total y desinteresada a mi Jesús por manos de su Madre. Toda mi Vida, puesta a su Voluntad.

¿Por qué entrega total? ¿Por qué por María? porque Él se entregó todo por mí. TODO. Se despojó de cuanto fue, y de cuanto tenía. En el huerto fue despojado de sus discípulos, quienes lo acompañaron por 3 años. Durante aquella noche y la mañana del Viernes, fue despojado de sus fuerzas, de su descanso, de su apariencia física; todo quedó atrás con el trasnocho, los insultos, los azotes, los ultrajes... y por eso, cae por primera vez, ya no quedaba nada en mi Amado.
Y llega al Calvario y es despojado de sus ropas... y las echaron a suerte. Y ya prácticamente no quedaba nada de Sí, todo lo había entregado, por nosotros. Pero quedaba algo, lo último que quiso guardar antes de expirar.

Allí estaba, la Madre, María, lo último que Jesús guardó para Sí antes de dar su último aliento; aquél don tan precioso que quiso preservarlo hasta el final, para entregárnoslo. "Hijo he ahí a tu Madre" y se entregó por completo.

Por esto debo entregarme del todo a Él a través de Aquella Flor del Padre que toda su Vida ha sido para Él.

Bendita y alabada sea la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y los dolores de su santísima Madre, triste y afligida al pie de la cruz. Amén.