¿Quien como Dios?

25 may 2012

Los mensajes que llegan del Cielo

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Abro las puertas de mi casa lo más rápido que puedo. La lengua pegada al paladar presagia un alto grado de deshidratación.... deshidratación debida a una larga jornada deportiva.
El agua es el tesoro anhelado, pero la ruta desde la puerta hasta la cocina parece eterna... Como puedo, tomo el vaso, lo lleno de una deliciosa agua y en el momento que mis labios secos y resquebrajados tocan la primera gota de agua, siento en mi corazón "Espera 5 minutos y ofréceme este sacrificio"...

Ahhhhhhhhhhhhhh - gritan mis sentidos y seducen a mi razón susurrandome "eso son bobadas tuyas ¡bebe esa agua!!"

Si hermano mio, vamos a hablar de las mociones del Espíritu Santo.

Las mociones del Espíritu Santo son aquellos llamados interiores que sentimos y que nos impulsan a hacer un bien. Entre más cerca de Dios estés, más mociones sentirás. Mantente en gracia de Dios y te llenarás de esos "guiños" de Dios.

Algo característico de estas mociones es que normalmente son un acto de negación; son llamados que nos "desacomodan". Veamos unos ejemplos:
Juan baja por la calle tranquilamente en busca de su medio de transporte; en un instante se cruza con otro joven y ahí mismo siente en su corazón: "dile que Dios lo ama"... Juan empieza a justificarse internamente para no hacerlo.... cuando "no soporta" la decisión ya aquel joven lleva una manzana de distancia. Juan se devuelve a paso rápido esquivando carros, motos, contra los semáforos y transeúntes y lo peor: en subida. 3 cuadras arriba logra alcanzarlo y se lo dice "Dios te ama" a lo cual solo recibe, una mirada extrañada y sonriente y un simple "Gracias".

Luz se monta al bus para ir al trabajo y se sienta junto a un señor adulto. "Háblale de mi" siente fuertemente en su corazón como un llamado de la Virgen María. Luz se niega a si misma, y contra la vergüenza y el temor le habla; El Señor resultó ser protestante! se imaginarán ya por las que pasó Luz.

Así hay cientos de casos pero en todos podemos ver ese llamado "incomodo" del cielo a hacer algo "fuera del libreto" pero que nos ayudará a crecer en Virtud.

San Francisco de Sales, nos dice que: “Las almas que no se limitan simplemente a lo impuesto y aconsejado por el Esposo celestial, sino que también están prontas a seguir las divinas inspiraciones son las que el Eterno Padre tiene preparadas para esposas de su Hijo bien amado”. 


¿Qué mociones has sentido? ¿Cuales has rechazado? Cuéntanos tu experiencia!

3 may 2012

"Diré mil veces Jesús" La importancia del nombre

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Hoy hace un año publiqué un artículo sobre el día de la Santa Cruz y la tradición de los "mil Jesuses". Acá lo pueden ver.
Hoy quiero hablarles de un tema que hace mucho quería comentar y hoy surgió la necesidad. Quiero hablarles de la importancia del nombre. ¡Cuán importante es el nombre! no en vano en la Biblia se le da mucha relevancia y la Iglesia lo celebra (Por ejemplo El dulce nombre de María 12 sept).

Siempre me ha inquietado la situación de las personas que viven en las calles. ¿Qué hacer con ellos?¿Cómo ayudarles?¿Cómo devolverles la dignidad? Pues algún día tuve una moción del Espíritu Santo (Tema para próximos posts) que me dijo "usa el nombre".

Desde aquel momento, cada que Jesús, en la cara de aquel hombre necesitado de la calle, se acerca a pedirme "una limosna", lo primero que hago es decirle: "Cómo te llamas, hermano" y trato de memorizar su nombre y en las siguientes intervenciones siempre lo uso: "Antonio, espero que uses bien esta moneda. Dios te bendiga". Esto tiene un valor impresionante para él y para mi!

Para el hombre necesitado, le devuelve su identidad, su dignidad. ¡Cuántos días pasan sin escuchar su nombre! Siempre se le trata despectivamente como "el gamin", "el loco", otros peor aún "el desechable". Escuchar su nombre siempre será un bálsamo: "Soy Alguien". Escuchar su nombre es su mayor "limosna"; ya no se interesan por la moneda.

Para mí también tiene un significado enorme. Ya aquel hombre no es una 'decoración' más de mi entorno; ya es "Antonio", "Carlos","Hugo","Teresa". Ya no vuelven a pasar desapercibidos frente a mis ojos; ya se que allí va aquel que algún día conocí que era Persona y trato de pedir en ese momento a Dios por él.

Y finalmente, cuando vuelven a ti y les dices "Hola don Carlos, ¿como esta?" no se pueden imaginar esa cara; es indescriptible ese rostro de Jesús allí frente a ti. La moneda, el discurso, la cara de angustia ya no tienen valor, ya es secundario. Porque el nombre, que nos da identidad, que nos recuerda que somos únicos, son un hermoso susurro de Dios a nuestros oídos que dicen "Te amo"