Hoy tuve una experiencia que se repite continuamente en mi vida: ver el sufrimiento en los demás y padecer la impotencia de no poder cambiarlo a mi gusto. Y digo a mi gusto porque hoy vi un niño de unos 9 años en silla de ruedas, al parecer con alguna limitación mental y pensaba para mis adentros "No tener yo el don de sanar a todos los que sufren", no se si a ustedes les ha pasado, pero en ciertas ocasiones mi imaginación me lleva a pensar en que "que rico que con solo tocarlos se sanaran".
Pero miro a Jesús y veo que, aunque sanó muchos enfermos en su vida terrena, no sanó fisicamente al 100% de personas de su época, no porque no pudiera, sino porque nos quería enseñar algo; es más, en las sanaciones que realizó siempre transmitió un mensaje más allá del milagro fisico.
Y es que el sufrimiento nos acompañará siempre en esta vida, y es ahi donde sale la maravilla del cielo, porque allí no habrá sufrimiento, no habrá dolor, no habrá limitaciones, si te falta un miembro acá allá no te faltará, y en cierto modo me reconforta el saber que podré volver a ver a estas personas que sufren tanto en esta tierra, disfrutando del cielo sin sillas de ruedas, sin hambres y suciedades, sin dormir en las calles, sin pensar en la muerte de un ser querido, sin el más mínimo dolor.
Pero para esto debo esforzarme para llegar a dicho destino y para que estas personas también lo hagan. No hacerlo, ese si sería el peor desastre.
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Dios nos da muchicimo mas de lo que merecemos, definitivamente nadie como Dios y la Virgen
ResponderEliminarDIOS BENDIGA A TODOS LOS SERVIDORES DE L.A.M POR TAN GRANDE MISION QUE CUMPLEN EN CADA RETIRO DE CONVERSION
ResponderEliminarDANIEL DEL PRADO GIRALDO
la verdad los dolores del mundo los podemos sanar, pero los dolores del alma solo son curados si confiamos totalmente en nuestro Dios. pues bien sabemos que si estamos con el nadie puede estar contra nosotros, y con el a nuestro lado todo va a ser mucho mas facil.
ResponderEliminarNo me parece un buen razonamiento el suyo.... Las personas solo viven aqui, en la tierra... Cuando morimos pasamos a ser espíritus y ni tu ni yo sabemos lo q sienten los espíritus. Quizas estemos en un lugar mejor, pero quien sabe!
ResponderEliminarHola Stefie, como Católico tengo la certeza de la existencia del Cielo y del Infierno, asi que en base a eso estoy convencido de lo que viene para nosotros. Dios te bendiga
ResponderEliminarDarling mora
ResponderEliminarFelicito de todo corazon a los servidores de Lassos de amor mariano ya que por medio de ustedes Dios siembra amor, fe y esperanza a todos los corazones afligidos, asi puedo decir con plena conviccion que NADIE COMO DIOS Y LA VIRGEN MARIA.
Q.C.D?...
ResponderEliminarSI TAN SOLO PUDIRAMOS IMAJINAR EL GRAN TESORO QUE ES LE CIELO, AMARIAMOS TODA CLASE DE SUFRIMIENTOS.ES MAS YA NO SERIAN SUFRIMIENTOS SERIAN BESOS DE AMOR.
100 por ciento de acuerdo. DIOS LOS BENDIGA ¿QUIEN COMO DIOS?
ResponderEliminarNADIE COMO DIOS... LES AMO
ResponderEliminarToda la vida cristiana es una continua participación en la Cruz y en la Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Cada instante de vida sobrenatural cristiana es pascual: está causado por el Espíritu Santo, que por la gracia nos hace participar en la muerte y en la vida del Misterio pascual de Cristo. Sin tomar la cruz, no podemos seguir a Cristo, no podemos ser cristianos. Sin participar de su Pasión, no podemos ser vivificados por su Resurrección. Merece la pena que consideremos esta realidad central de la espiritualidad cristiana en –el Bautismo, –la Eucaristía, –la Penitencia, –el bien que hacemos, –el mal que sufrimos, y también en –las penitencias voluntariamente asumidas por mortificación. Así es como participamos de la Cruz vivificante de nuestro Señor Jesucristo.
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