Una Navidad más que llega. Realmente estamos viviendo es el Adviento, y la navidad apenas a partir de la vigilia del 24 de diciembre pero bueno, finalmente vivimos el ambiente festivo de la época.
Hoy quiero hablar precisamente de esto: cómo volver a cristianizar la Navidad, una época completamente cristiana que se va paganizando lentamente y tristemente hemos caído en esto. Pero les tengo un dato no menor, ¡depende de ti re-evangelizar la cultura!
Empecemos por los símbolos. Lo primero que deberíamos incluir en nuestro adornado navideño es la corona de adviento. Una corona verde, con ramas o guirnaldas, adornadas con manzanas rojas y flores. En el centro con cuatro velas que nos ayudan a vivir los cuatro domingos de adviento. Las velas son 3 moradas y una rosada. A veces se usan morada, verde, blanca y rosada. Las tres primeras son de penitencia, preparación para la llegada de Jesús; la rosada es de júbilo y alegría por la víspera de su nacimiento. Vivamos estos signos con real fervor cristiano!
El muy famoso Santa Claus gringo o Papá Noel para los latinos que no tiene nada de cristiano. La distancia que hay entre San Nicolás de Bari y el Papá Noel actual es enorme y ya nadie menciona nisiquiera a nuestro Santo. Para no ahondar mucho en la historia de la degradación de nuestro Santo al actual gordito barbudo, simplemente les cuento que su nombre se fue descomponiendo tal como lo hacemos los de habla hispana: Acomodamos las cosas, como suenan. Me explico: nosotros conocemos la famosa e imponente catapila, hemos transitado por un rompoy, parqueado en un garaje y escuchamos el 31 de octubre el triki triki o triqui triqui. Estos nombres son acomodaciones que hemos hecho de palabras extranjeras:
- Catapila – Caterpillar
- Rompoy – Round Point
- Garaje – Garage
- Triki triki – Treat or Trick
Pues parece que este mal no es solo nuestro pues un gringo Irving por allá en 1809 empezó la desfiguración de nuestro Santo, San Nicolás, que era venerado por los holandeses y que en su idioma era “Sinter Klaas”, y que dijo “Hombe, a mi me suena como Santa Claus” y desde ahí quedó bautizado. Y ya hace 200 años se viene paganizando su imagen pasando por ser pequeño, flaco, luego gordito, como un gnomo, le montaron trineos, polo norte, hasta que Coca-Cola por allá en 1931 lo popularizó con la imagen actual de un gordo, alto, bonachon vestido de rojo y blanco. El nombre de Papá Noel también tiene algo similar, sacado del “Papá Navidad” Europeo que se fusionó con éste Santa Claus y que en francés era “Père Noël” y de ahí quedó Papá Noel.
Nuestra tarea es recuperar la imagen del Niño Jesús, quien es a quien debemos resaltar en esta época. Gracias a Dios, en Colombia todavía quien trae regalos la noche del 24 de diciembre es el “niño Dios”; el traído del niño Dios, le decimos. Esto hay que revitalizarlo, evitar el ingreso de “Papá Noel” hasta que termine de desplazar a Jesús como en USA o Europa, lugares donde ni siquiera ya se habla de “Feliz Navidad” sino de “Felices Fiestas” eliminando el hecho de que se está celebrando una natividad, un nacimiento.
Yo recuerdo que hasta muy grande todavía creía que el niño Dios en persona me traía el regalo. Recuerdo que siempre el 24 de diciembre, en la noche me debía acostar a dormir, normalmente con otros 3 o 4 primos pues hacíamos reuniones familiares, y esperar a que aquel hermoso niño llegara con el anhelado regalo. Siempre quería “pillarlo, in-fraganti” y varias veces escuché vuelo de palomas, vi luces y sentí pasos. Era hermoso. Le hacía una carta pidiéndole el regalo, hacía con fervor la novena (de la que hablaré luego), en fin todo giraba en torno a Él.
Ahora esta experiencia la viven mis hijos. El niño mayor la pasada Navidad dijo con mucho entusiasmo mientras destapaba su regalo “Lo vi! Vi dos luces trayendo el regalo” y hace dos años, que le trajo una bicicleta, no pudimos estar con él en ese momento pues se quedó dormido y nos fuimos para la Vigilia de Navidad, le dejamos la ‘bici’ en la habitación por si despertaba. Al llegar ya estaba montando en ella, le preguntamos como fue y nos narro “yo estaba dormido y vino el niño Dios, me dio un beso y me despertó, cuando abrí los ojos ví la bicicleta y el niño Dios se fue y le dí las gracias”; estuve a punto de llorar. Está es la verdadera celebración, vivir a Cristo y no a una caricatura.
Para esto es importante también la tradición de la Novena de Navidad, o Novena de Aguinaldos muy arraigada en Colombia. En México son “Las Posadas”. En el próximo post les hablaré de estos signos cristianos, que debemos recuperar y difundir: la novena, la corona de adviento, el significado de las luces y las velitas, el árbol de navidad. Es hora de evangelizar con esta hermosa fiesta y que cada persona sepa que celebramos a el nacimiento de Nuestro Salvador.
Para más detalles de la Leyenda de Santa Claus visite:
- La leyenda de Santa Claus - http://www.aciprensa.com/navidad/nicolas.htm
- Papá Noel - http://es.wikipedia.org/wiki/Pap%C3%A1_Noel
- San Nicolás de Bari - http://www.aciprensa.com/santoral/6dics.htm
- San Nicolás de Bari - http://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_de_Bari
- Compendio de Navidad - http://www.lazosdeamormariano.net/content/view/120/11/
Mañana continuamos...
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es muy bello cuando miramos las fe de nuestros niños; y la forma que la defienden asistiendo a las novenas y preparando la cuna del niño Dios.
ResponderEliminarA pezar de lo que ven en la televisiòn. Al final los valores de la familia es lo que queda en el corazón.
Familia Rodriguez Berrio