¿Quien como Dios?

21 feb 2011

Santidad: El álbum que nunca se llena

No hay nada más emocionante que llenar un álbum.

En Colombia es difícil encontrar algún contemporáneo mío (80’s) que no haya empezado a llenar el álbum de chocolatinas JET, “Historia Natural” se llamaba, con un trigre feroz en la portada.

Actualmente este álbum es muy diferente al que nos tocó y no tiene tanto auge como el de nuestra época; el nuestro no era autoadhesivo y nos tocaba pegar las figuras (cromos) con colbón (pegamento blanco) y posteriormente jugar con el pegamento, ya negro del mugre, en nuestras manos.
El de ahora tiene hasta versión en Internet y tal vez por eso no es tan popular, sin contar que los niños de ahora ahogan su diversión en los medios electrónicos que pululan.


La emoción que representa el llenar un álbum es el ir consiguiendo poco a poco cada figura. Al principio toda figura sirve. Es emocionante; cada paquetito de figuras que se compra, casi fijo, viene con figuras que aún no tenemos y avanzamos a llenarlo rápidamente.
Con el correr del tiempo se vuelve un poco más complejo pues empiezan a salir las repetidas y no aparecen las figuras escasas o difíciles que todo álbum trae. En nuestro álbum en cuestión, no creo ser el único con un trauma por nunca haber logrado conseguir “inundaciones”, “la chinchilla” o el “pitecántropo”, sin contar otra decena de figuras difíciles.

Pero la emoción del álbum continúa y esa lucha por llenarlo también.

Y es la situación más paradójica del mundo porque cuando logras llenarlo, se va la emoción.

Es indescriptible la sensación, casi negativa, que se puede sentir al lograr llegar a esa meta. Ahí muere el álbum; a partir de ese momento, el álbum desaparece de nuestra vida. No nos damos cuenta que el sabor está en el camino, en el proceso. Recientemente (en el mundial) lo viví con el álbum de Panini (el virtual, pues no tengo dinero para invertirle a tanto papel :D) que a diario miraba, revisaba, cambiaba figuras… hasta que lo llené... y todo se fue.

Lo mismo sucede con la santidad. La santidad en esta tierra es aquél álbum que nunca lograremos llenar. ¡Siquiera! Y hasta el último suspiro de nuestras vidas estaremos anhelando nuevas figuras (virtudes).
Esto es lo emocionante de buscar la santidad, siempre hay un paso más allá, siempre hay algún modelo (Santo) por encima a quien mirar; y si llegas a la cima, por encima siempre estará Cristo y ese “sed perfectos” seguirá siendo una tarea inconclusa.

El Señor todo lo hizo perfecto, y por eso la santidad no tiene un límite en esta tierra, para que no se le acabe el sabor. Y en el camino te puede pasar lo mismo: ver grandes avances al principio e ir corrigiendo cositas simples de tu vida; pero avanzas, y te aparece aquel “pitecántropo” que te falta; virtudes que requieren un poco más de esfuerzo, pero aparece la lucha por conseguirla; y la rasguñas… y te acercas… y cuando crees llegar, se te abre un nuevo mundo por delante… que hermosura.

Dios bendiga a quienes estén llenando este álbum. La emoción nunca terminará.

3 comentarios:

  1. es muy bueno,porque se mantiene ocupado y divertido

    ResponderEliminar
  2. Excelente artículo, en la busquedad de la santidad nunca se perderá la emoción.

    ResponderEliminar
  3. Gracias....realmente fué muy emotivo leerte!

    ResponderEliminar

La entradas serán moderadas por eso te pedimos que por favor seas muy objetivo en tus comentarios. Dios te bendiga