Hoy, día del Rosario, hace 11 años, recibí el gran regalo del cielo: La Consagración a Jesús por María. Consagración similar a la que realizaría Juan Pablo II en su juventud, y si a él le alcanzó la santidad ¿Por qué a mi no?
Les pido que oren mucho por mi, para que la Señora Estrella de los Mares me haga cada día más semejante a ella!
"Acepta querida Madre y Reina mía toda mi persona y cuanto con la gracia de tu querido Hijo he podido hacer de bueno. Yo mismo no soy capaz de conservarlo, dadas mis debilidades e inconstancia y la forma en que me combaten continuamente mis enemigos espirituales.
Veo, todos los días, caer por tierra los cedros del Líbano, y convertirse en aves nocturnas las águilas que volaban en torno al sol. Mil justos caen a mi izquierda; diez mil a mi derecha... (Salmo 90,7) Más yo confío en ti mi poderosa y más que poderosa Madre: tenme, que no caiga; conserva mis bienes, que no me saqueen; protege en mí la vida divina.
¡Defiende a quien a ti se ha consagrado! Yo te conozco bien y en ti confío: eres la Virgen fiel a Dios y a los hombres, que no dejas perder nada de cuanto a ti se confía; eres la Virgen poderosa: nadie podrá hacerte daño ni perjudicar tampoco a los que tú amas. Amén."
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Bendiciones para ti, Para tu Vida, en cada una de las cosas que realizes, que la santisima virgen maria te compañe siempre. Nadie como Dios
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