Una reflexión tras la caída del proyecto Pro-vida en el Congreso

El pasado miércoles 12 de Octubre hundieron en el Senado la iniciativa que blindaba la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Esto ha dado pie para un proyecto que pronto verá la luz donde publicaré exclusivamente a los políticos que se oponen a la vida; una especie de "muro de la infamia" donde declararemos la "muerte" política de estos personajes que se hacen pasar por "católicos" y defensores de la vida, pero que al gobernar, dejan se "chaqueta" católica en la casa. NUESTRO VOTO NUNCA MÁS para estos políticos. Obviamente será inaugurado este portal con los 9 senadores que hundieron este proyecto. Pero de este proyecto les iré contando en estos días.


Hoy quiero hablar de lo que siente un católico ante lo sucedido y cual debe ser nuestra actitud. Lo primero que tenemos que tener claro, es que nuestra tarea es luchar, no ganar. Ya lo decía brillantemente Juan Donoso Cortés "Demos gracias a Dios de habernos otorgado el combate, y no pidamos sobre la gracia del combate la gracia del triunfo a aquel que en su bondad infinita reserva a los que combaten bien por su causa una recompensa mayor que la victoria".


El Señor muchas veces, en su bondad infinita, nos ha permitido recoger los frutos de nuestro esfuerzo, pero esto no es estrictamente necesario para un católico. Los éxitos de un católico no se miden por sus resultados; en eso somos completamente diferentes al mundo. Nuestras acciones siempre deben realizarse de cara a Dios. Dios lo único que nos exige es que demos lo mejor de nosotros y lo hagamos única y exclusivamente por agradarle a Él. En muchas ocasiones los frutos solo los verán muchas generaciones después. Pregúntenle a Santiago Apóstol que en su paso por España solo logró la conversión de 7 personas (Pedro convirtió a 3.000 en un solo discurso) pero gracias a eso, llegó la evangelización a América 14 siglos después y hoy por hoy le debemos a él nuestra fe.

Les comparto algunos extractos de "El Combate Espiritual" (Capítulo 10) que confirman lo que digo:

"no basta querer y procurar las cosas que son más agradables a Dios, sino que es necesario también que las quieras y las obres como movida de su gracia, y con el solo fin de agradarle."



"El siervo de Dios que en este punto no vive muy advertido y con cautela, empieza ordinariamente sus obras sin otra intención o fin que agradar a Dios; pero después, poco a poco, y sin conocerlo, se deja inducir y llevar a la vanagloria. Porque olvidándose de la divina voluntad, se aplica y aficiona al solo placer y gusto que halla en su trabajo, y no mira sino la utilidad o la gloria que le puede resultar; de manera que, si el mismo Dios le impide el progreso de su obra con alguna enfermedad o accidente, o por medio de alguna criatura, se turba, se enoja y se inquieta, y a veces murmura, ya contra éste, ya contra aquél, por no decir contra el mismo Dios. De donde viene a conocerse con claridad que su intención no era recta y pura, y que nacía de un mal principio; porque cualquiera que obra por el movimiento de la gracia y con intención pura de agradar a Dios, no se inclina ni aficiona más a un ejercicio que a otro; y si desea alguna cosa, no pretende obtenerla sino en el modo y tiempo que Dios quiere; sujetándose siempre a las órdenes de su providencia, y quedando en cualquier suceso, favorable o contrario, igualmente tranquilo y contento; porque no quiere ni desea sino solamente el cumplimiento de la voluntad divina"


Así pues mi querido hermanos que si diste lo mejor de ti en esta lucha, enviaste los correos a los Senadores,   firmaste en la campaña de estoesconmigo, hiciste todo lo que estaba a tu alcance batallando en foros, redes sociales etc, obtendrás el premio sin importar lo que esto logró. La Victoria es de Dios; basta un pestañear de la Divinidad para que sea erradicado el aborto del mundo entero; que acaso no crees que ¿Quién como Dios?. No hemos terminado de creer en su Omnipotencia.

Que la Señora Estrella de nuestro sendero siga guiando nuestros pasos en la defensa de la Vida.

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