Confianza... muchas veces hablamos de la fe y la confianza en Dios, pero nunca pensamos hasta donde de verdad creemos en lo que no vemos especialmente si nos parece inalcanzable.
La batalla que hemos emprendido con la mal llamada clínica de la mujer indudablemente debe pasar de los correos a las manifestaciones públicas.
Ya esta programada una marcha con este propósito pero sé que a muchos nos asalta la duda, incluso el temor de que la marcha no tenga la fuerza que soñamos; es por eso que me cuestiono sobre la verdadera confianza que tenemos en el Señor. Soñamos con miles y miles de personas congregadas defendiendo la vida y la dignidad de esta ciudad, pero a la vez el temor malsano me susurra al oido "vas a estar solo", "los católicos son cómodos y esperan que los otros hagan las cosas".
Me vienen a la mente los recuerdos de aquel juego de "estatua" donde una persona se paraba al medio y dejaba que otros dos, uno a cada lado, lo lanzaran cual si fuera un maniquí; es un juego de confianza donde no puedo controlar lo que hará mi hermano, pero TENGO FE en que no permitirá que me haga daño.
Los provida estamos en medio; católicos, cristianos, todo defensor de la vida: no nos dejen caer. Esta ciudad depende del esfuerzo que hagamos en este momento tan crucial. Preparate a marchar con nosotros!
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Yo se que la duda siempre va a entrar, pero te digo que hay que probar y empezar, el Señor colocará a las personas indicadas en ese momento y si son pocas esas son las que quiere el Señor, y si es lo que quiere el Señor que mas se puede pedir... Un abrazo en el Nombre del Señor.
ResponderEliminarOmar Mendoza
Tunja - Boyacá
¿Quién como Dios? Creo firmemente que los patocinadores de estas Clínicas de la Mujer
ResponderEliminar( ó de la muerte ), continuaran luchando por ellas tarde que temprano; y, como la malicia del pecado es muy grande y la danza de los millones de $ también, tendremos los Católicos que continuar francamente y constantemente sin dar treguas batallando para que se construyan clínicas de la vida. No hay de otra. Amén.