Desde la parte del "Creo", viendo como el hombre es "capaz" de Dios y como Dios llega a su encuentro, llegamos a un punto muy importante: La Sagrada Escritura.
Lo primero a saber es que la Sagrada Escritura, la Biblia, es la Palabra de Dios. Es el Verbo mismo que llega al hombre en un lenguaje humano y por tanto es venerada y honrada como al mismo Cuerpo de Cristo. CIC 101-104
Tenemos certeza que la Biblia dice la Verdad porque es inspirada por Dios siendo Éste su autor y en Él no hay error. Los autores humanos han sido inspirados por el Espíritu Santo para que quede escrito lo que Dios quiere enseñarnos en su plan de salvación. No obstante no somos una religión "del libro" sino de "La Palabra", un "Verbo encarnado y vivo".
Pero ¡OJO!, la Palabra no puede ser interpretada al libre entendimiento de cualquiera
- Unidad de toda la Palabra - Todo en "clave" de Cristo como centro y culmen de la revelación
- Acompañada y viva en la Tradición de la Iglesia
- En consonancia con las "verdades de la fe" dentro de todo el proyecto de la Revelación
En otras palabras, la Biblia se entiende por aquellos para quien fue escrita, son ellos quienes conocen la intención y el significado de cada afirmación; y aquellos para los que fue escrita, fue la Iglesia que fundó Cristo, Iglesia Católica, única con la verdadera potestad de interpretar adecuadamente la Biblia a través del Magisterio.
Y como fue la Iglesia Católica la depositaria de la fe, es ésta misma quien define, guiada por el Espíritu Santo, qué libros son inspirados y que libros no lo son. Esto es el canon donde se definen como sagrados los 46 libros del AT y 27 del NT aunque algunos lo quieran motilar quitándole libros Sagrados
Y esto clarifica que el AT tiene un gran valor pues nos muestra la preparación de la llegada de Cristo que se materializa en el NT. Ambos son sumamente importantes y hacen parte de la misma y Única Palabra de Dios. CIC 105 - 130
La Sagrada Escritura es indispensable en la vida de la Iglesia, en las catequesis, los apostolados, las misiones. No se puede vivir cristianamente sin ella. "Desconocer la Escritura es desconocer a Cristo" nos decía San Jerónimo. Por esto la Iglesia insistentemente nos invita a acercarnos a la Escritura, a la lectura diaria de la Biblia. Y qué mejor que hacerlo a través de la Lectio Divina CIC 131 - 141
Con esto finalizamos la forma como Dios llega a nosotros. Ahora ¿Cual es nuestra respuesta? eso lo veremos en la Semana 4.
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